Marca personal
Sin ser necesariamente novedoso el recurso utilizado, no deja de ser interesante la última campaña de la empresa Personal. El eslogan es cada persona es un mundo y, grandes, se ven distintas grafías de la palabra Personal.
Es evidente que esta campaña se apoya en dos cuestiones fundamentales: la escritura, como rasgo individual e intransferible de las personas (las alfabetizadas, claro) y algo relativamente arriesgado —en los términos de la identidad corporativa tradicional— que podríamos llamar "marca del usuario" que es, simplemente, la supresión y reemplazo de la marca oficial de la empresa por estas configuraciones caseras, hechas a mano, que "representan" a cada uno de los eventuales usuarios de la empresa.
La campaña, además, echa mano con inteligencia al recurso de la explotación de la escritura por sobre la tipografía, la que, en muchos casos, imita lo manuscrito con cierto acartonamiento o falta de fluidez. Además, en los afiches de vía pública no parece haber habido un especial acento en reglas básicas como legibilidad y espaciado sino más bien en los rasgos singulares provistos por una mano veloz y por una punta más o menos redonda.
Desde ya, sabemos que la publicidad suele engañarnos una y otra vez... pero en este caso da en una tecla pocas veces pulsada y eso solo hace que asome la cabeza por sobre la superficie.
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Pablo Martín